Quién imagina un cultivo de calabaza, papa o cualquier otro que de los que florece, sin la acción polinizadora de las abejas, esas obreras incansables que con su accionar no solo producen miel y los demás productos de la colmena, sino que está demostrado contribuyen al incremento de los rendimientos agrícolas.

Por todo lo que ellas representan frente a las amenazas ambientales emergentes, es que el 20 de mayo fue declarado por la Asamblea Nacional de las Naciones Unidas (ONU) como Día Mundial de las Abejas, por lo que en Cuba se precisan acciones para resaltar su importancia y los beneficios que aportan, mediante la polinización y la protección de la biodiversidad de una especie amenazada por una fuerte mortalidad a nivel global.

Según el doctor Julio Berdegué, Subdirector General y Representante Regional de la FAO para la América Latina y el Caribe, “Sin abejas no se puede avanzar en la meta de un mundo sin hambre”, por lo que los seres humanos deberán producir más alimentos, porque si no se agravarán los problemas de hambruna que existen en el mundo, por lo que llamó a encontrar una forma de aumentar la producción, cuyas prácticas impacten menos al medio ambiente, y a usar eficientemente los recursos naturales.

Yaima García Matos, especialista de comunicación y marketing del Centro de Investigaciones de la Apicultura, en un comunicado señaló que los directivos, especialistas y demás trabajadores de ese centro se suman a tan importante campaña, haciendo un llamado, no solo a los apicultores del país, sino a todos los trabajadores del sector agrícola, así como al resto de la población cubana, a formar parte de este llamado mundial para la protección de las abejas.

“La actividad de estos polinizadores se asocia únicamente con producción de miel, polen, jalea real y propóleos, sin embargo, las abejas son fundamentales para un equilibrio del medio ambiente, ya que al obtener el alimento de las flores fomentan en las plantas la capacidad de fecundarse, por lo que aumentan el rendimiento en los cultivos y favorece el incremento y calidad de las producciones.

“Además realizan una contribución adicional a la seguridad alimentaria, ya que no solo fomentan la vida vegetal, sino que actúan como centinelas frente a las amenazas ambientales emergentes, informando de la salud de los ecosistemas”, precisó.