Tras ser sometida a un amplio proceso inversionista, la sexagenaria fábrica de conservas de Majagua, en Ciego de Ávila, el mayor productor de tomate de Cuba, inició el procesamiento para la elaboración de salsas y otros derivados, destinados al consumo social y a la sustitución de importaciones.

Especialistas aseguran que este año el tomate no tendrá la calidad de otras temporadas. Foto del autor

Aun cuando comenzó con un mes de atraso, la entrada de tomate a la planta continuará en aumento, con el propósito de procesar en la campaña unas 5 mil toneladas (t) previstas de febrero a abril, por debajo de las cifras tradicionales pactadas y muy distante del récord de 11 mil 024 t del año 2013.

Jorge Calvo Fariñas, jefe de Producción de la fábrica, dijo que directivos y trabajadores están preparados para saltar sobre cualquier obstáculo que aparezca en la campaña, como la falta de envases metálicos, ante lo cual la industria de Majagua empleará unos 300 tanques plásticos propios de la entidad.

“Por las razones antes expuestas, explica Calvo Fariñas, este año no debe ocurrir un tomatazo, una explosión, por eso será muy importante la eficiencia industrial que logremos. Ante la no arrancada del concentrador chino por algunos contratiempos, echaremos mano al viejo concentrador yugoslavo que, pese a mantenerse en explotación por más de seis décadas, se mantiene en pie, listo para enfrentar la batalla”.

Entre los años 2017 y 2019, la fábrica de conservas de Majagua fue sometida a una inversión entre la República Popular China y Cuba, con el montaje de una línea de procesamiento de frutas para el llenado aséptico y otra de un sistema de elaboración y llenado en bolsas del producto a partir de las pulpas, conocido como doypack.

De acuerdo con especialistas de la delegación provincial de la agricultura, en la presente cosecha del tomate golpearon los eventos meteorológicos, las temperaturas que no ayudaron al florecimiento, la insuficiente disponibilidad de combustible y la falta de insumos agropecuarios, en un escenario lleno de limitaciones, caracterizado, además, por el recrudecimiento del bloqueo, la crisis económica mundial y la COVID-19.

A la fábrica, con su línea de llenado aséptico, la abastecerán 15 bases productivas locales, entre unidades básicas de producción cooperativa y cooperativas de producción agropecuaria y de créditos y servicios, casi todas enclavadas en la zona de Mamonal, donde existe el mayor polo tomatero de Cuba.